Para no perder el rumbo la empresa debe definir metas, o especificar con precisión que es lo que la empresa debe hacer.
“Las metas bien construidas tienen cuatro características principales:
Son precisas y medibles. Las metas medibles le dan a los gerentes un parámetro o estándar contra el cual pueden juzgar su desempeño.
Se refieren a temas cruciales: Para conservar su enfoque, los gerentes deben seleccionar una cantidad limitada de metas importantes para evaluar el desempeño de la compañía. Las metas que se seleccionen deben ser cruciales o importantes.
Son retadoras pero realistas. Todas les dan a los empleados un incentivo para buscar maneras de mejorar las operaciones de una organización. Si una meta es poco realista en cuanto a los retos que plantea, los empleados se darán por vencidos; una meta demasiado sencilla puede no motivar a los gerentes y a otros empleados.
Especifican un periodo en el cual se deben alcanzar cuando es adecuado. Las limitantes de tiempo les dicen a los empleados que el éxito requiere que se alcance una meta para una fecha determinada, no después. Las fechas límite pueden inyectar un sentido de urgencia al logro de las metas y actuar como motivadores. Sin embargo, no todas las metas necesitan limitantes de tiempo.”[1]
[1] Tomado de: Charles W. Hill, Gareth R. Jones, “Administración estratégica, un enfoque integrado”, 6a edición, McGraw Hill, México, 2005, Pág. 16.
“Las metas bien construidas tienen cuatro características principales:
Son precisas y medibles. Las metas medibles le dan a los gerentes un parámetro o estándar contra el cual pueden juzgar su desempeño.
Se refieren a temas cruciales: Para conservar su enfoque, los gerentes deben seleccionar una cantidad limitada de metas importantes para evaluar el desempeño de la compañía. Las metas que se seleccionen deben ser cruciales o importantes.
Son retadoras pero realistas. Todas les dan a los empleados un incentivo para buscar maneras de mejorar las operaciones de una organización. Si una meta es poco realista en cuanto a los retos que plantea, los empleados se darán por vencidos; una meta demasiado sencilla puede no motivar a los gerentes y a otros empleados.
Especifican un periodo en el cual se deben alcanzar cuando es adecuado. Las limitantes de tiempo les dicen a los empleados que el éxito requiere que se alcance una meta para una fecha determinada, no después. Las fechas límite pueden inyectar un sentido de urgencia al logro de las metas y actuar como motivadores. Sin embargo, no todas las metas necesitan limitantes de tiempo.”[1]
[1] Tomado de: Charles W. Hill, Gareth R. Jones, “Administración estratégica, un enfoque integrado”, 6a edición, McGraw Hill, México, 2005, Pág. 16.